Son muchas las leyendas que cuentan sobre las brujas,y sobre sus gustos... verrugas en la nariz, escobas voladoras, gatos negros, b�hos... Dicen que no son exactamente buenas, quizas porque todo el mundo sabe que se relacionan con la noche, la luna, el negro... Se dice que las tradicionales brujas llevan sombrero negro, se trasladan por medio de escobas voladoras, sus mascotas son gatos, b�hos o sapos, una gran olla para preparar pociones, tienen berrugas...
Tambien dicen que las brujas son muy hermosas con miradas seductoras, usaban ese don para aprobecharse de sus "v�ctimas" y tenerlas bajo control, pero en un abrir y cerrar de ojos, se pueden transformar en lo mas horrible. Desde que el Hombre se ha considerado como tal ha recurrido a ritos m�gicos y celebraciones de todo tipo referidas a la muerte o los antepasados,
la tierra o la fecundidad y los astros o dioses, en todas las culturas a lo largo de las diferentes etapas de la Humanidad. Los ritos o dioses siempre
poseen la siguiente dualidad: Lo masculino: el guerrero, la fuerza bruta, la muerte. Son el Lug Celta, el Pan Griego, Satan�s cristiano. Si no era representado como el guerrero
lo era como un animal como el toro, el le�n, el �guila, etc. Lo femenino: la fecundidad, la creaci�n y la vida. La Afrodita Griega, Asarte Fenicia, la Ma Frigia. Si no ten�a forma femenina era entonces
la de un animal como una vaca, un buey o similar. Estos dos grupos han estado en constante rivalidad por dominar, asent�ndose lo masculino en la ciudad (foco de la fuerza productiva-industrial)
y lo femenino en el medio rural (donde nacen y crecen los frutos de la tierra). Es por eso que los primeros dioses monote�stas masculinos rigieron en
las ciudades: Aton, Ahura Mazda, Jehov�... y las clases populares (rurales) adoraron a la parte femenina relacionada con la fecundidad: Isis,
Mithra, Anaita. Desde el nacimiento de la agricultura en los medios rurales se ha celebrado culto a la fecundidad y la naturaleza. Se hac�an reuniones
nocturnas en los bosques, y alumbrados por una hoguera se rend�a homenaje a la tierra que les daba sus frutos y a los animales.
Sol�a ser una sacerdotisa la que dirig�a la ceremonia consistente en danzas y una uni�n sexual en determinadas �pocas para "activar"
los campos y hacerlos fecundos. Los cuernos se usaban para reprensentar esa deidad, ya que s�lo los herb�voros los ten�an (cabras,
vacas, bueyes...) y eran estos los que les prove�an y ayudaban a sobrevivir. Estas sacerdotisas pose�an conocimientos de medicina
natural heredados de generaci�n en generaci�n y para su aplicaci�n iban acompa�ados de un ritual m�gico. Durante la edad media la poblaci�n masculina descendi� vertiginosamente
debido sobre todo a las guerras y posiblemente a que las numerosas epidemias que asolaron Europa les afectaban m�s a ellos
que a las mujeres.
De modo que la Europa medieval se encontraba exenta de hombres j�venes
(lo que era un gran problema en una sociedad patriarcal), con epidemias que diezmaban la poblaci�n rural, con unos campos
que no daban de s� para abastecer a la poblaci�n superviviente y una religi�n cristiana que no pod�a consolar a los
atemorizados campesinos. Y en medio de todo ello mujeres con mejor salud y que viv�an m�s, que para colmo no cre�an en Dios
y se reun�an de noche a realizar pr�cticas poco piadosas adorando a un dios cornudo. De modo que las autoridades eclesi�sticas acusaron a estos colectivos de
ser los culpables de los males que les azotaban y les acusaron de envenenar los campos, emponzo�ar las aguas, hacer hechizos
y maldiciones, siempre bajo el amparo del demonio. Se levant� una compleja maquinaria de busca y captura de estas brujas all�
donde se hallaran, no importara donde, la Inquisici�n siempre las alcanzaba. Se publicaron libros (los primeros en usar
imprenta) con todo lo referente a ellas y c�mo actuaban, d�nde se pod�an encontrar, c�mo arrancarles una confesi�n, la
manera de juzgarlas y aplicarles castigo. De modo que cualquier inquisidor sab�a lo que hacer y qu� confesi�n deb�a obtener
y que hacer en tal caso; de este modo las historias que contaban de sus fechor�as como brujas coincid�an de una punta a otra
de Europa.
Bastaba una denuncia, unas habladur�as o una acusaci�n "formal" de haber
visto a tal o cual en reuniones nocturnas o realizar prodigios. Las brujas se hallaban siempre en el medio rural al que se
desplazaba el inquisidor, hombre urbano rodeado de todo el bombo y boato de su cargo y hablando varias lenguas correctamente
(por lo menos la com�n que la mayor�a usaba mal y el lat�n). Esto, junto con la espectaci�n y el revuelo sum�an a la acusada
en una confusi�n tal que no acertaba a saber qu� hab�a hecho para encontrarse en las puertas de la tortura y muerte. Una vez detenido, el acusado era interrogado cada vez con m�s crueldad
pasando por tres grados, del tercer grado o se mor�a o se confesaba. Para tales fines no ahorraban imaginaci�n y usaban
m�ltiples m�todos: ir aplastando uno a uno los dedos de las manos y los pies, el potro, colocar un embudo en la boca y echar
baldes de agua hasta que el est�mago casi estallaba y se adquir�a un estado similar a la embriaguez, un aparato que se met�a
en la boca y mediante un tornillo iba abri�ndose el extremo como un paraguas, o un ata�d met�lico (Dama de hierro) en el que
se encerraba al infeliz como enterrado en vida. Estaba claro que acababan por confesar, acusando a otros con los que se
reun�a, y estos a otros si les obligaban y as� hasta que se daban por satisfechos los inquisidores. En centroeuropa se
llegaron ha exterminar pueblos enteros y en otros quedaban pocos o uno solo. Una vez confesaban se realizaban los Autos de Fe. En el mismo Madrid eran comunes los Autos de Fe que se organizaban
peri�dicamente en la Plaza Mayor en la que se levantaba un tablado, ya que en tales eventos el p�blico era numeroso. A los
acusados/as se les sol�a juzgar desnudos (para que no escondieran ning�n hechizo entre sus ropas) y afeitado todo el pelo del
cuerpo (al que se le atribu�a la fuerza), se les pon�a el Sambenito y una coroza (especie de mitra) en la cabeza. El reo
llegaba al tablado tras una procesi�n en la que se le exhib�a y se pregonaban sus culpas, luego se le colocaba en el centro
del tablado sentado en un taburete y escuchaba el serm�n y la pena que se ejecutaba de inmediato. Los procesos inquisitorios llevaban un enorme trabajo que daba de comer a
mucha gente: a los que se encargaban de todas las tareas burocr�ticas (que eran muchas), a los carceleros, las escoltas, los
verdugos... y por eso se mantuvieron durante largo tiempo aunque las circunstancias que lo originaron desapareciesen. Las antiguas celebraciones se vistieron del rigor religioso para no dejar
de existir, cambiando los modos y eliminando las partes que no admit�an conversi�n. Hasta hoy nos llegan el carnaval (relacionado
con la fecundidad), el d�a de todos los santos (veneraci�n por los antepasados) o la noche de San Juan (danzas en torno al
fuego). Actualmente a�n se celebran en todo el mundo las reuniones nocturnas a la manera tradicional, incluso existen reuniones
de brujos denominadas convent�culos, en los que no m�s de doce miembros se re�nen de noche en torno el fuego para celebrar el
culto a la vieja religi�n. Guardan en secreto sus ceremonias y trasmiten sus conocimientos oralmente, son sociedades cerradas
que a�nan sus fuerzas en beneficio de sus miembros y del grupo. Pese a encontrarnos en una sociedad libre a�n no pueden salir
a la luz. LAS BRUJAS DE LA TELEVISI�N:
SON BRUJAS DISTINTAS AUNQUE DE FONDO SIEMPRE APARECE LA MAGIA, SABRINA ES
UN TIPO DE BRUJA FANTASTICA EN LA QUE TODO CABE Y TIENE PODERES ILIMITADOS, WILLOW ES UNA BRUJA QUE ABARCA TODO TIPO DE
GENEROS INCLUSO LA MAGIA NEGRA Y LAS EMBRUJADAS PERTENECIENTES A LA RELIGI�N WICCA USAN UNA MAGIA BLANCA Y VEN LIMITADOS SUS
PODERES. ESTE ES EL PERFIL DE BRUJA QUE TENEMOS EN LA ACTUALIDAD PERO COMO HAS PODIDO COMPROBAR ARRIBA ESTA MUY ALEJADO DEL
PERFIL QUE SE TEN�A DE ELLAS EN EL PASADO. |